Os recomendamos esta ruta de senderismo organizada por el Excmo Ayto de Martos.
Dia 24 de marzo. Salimos a las 8,30 horas de la estación de autobuses. Conviene reservar plaza en el bus.
La ruta tiene un recorrido de unos 15,5 km. Evitaremos el fuerte descenso desde el punto geodésico.
De regreso a Fuensanta se realiza la segunda parte de la ruta: La ruta gastronómica. Regresaremos sobre las 15 horas.
Nota. No olvidar el bastón, la gorra... Os espero
Ciriaco Castro Toro.
Psicólogo Municipal.
Ayuntamiento de Martos.
Calle Triana, 5. Edificio Municipal
953 704307 (definitivo)
Ruta
de senderismo: Martos – Fuensanta.
Por el Arroyo La umbría.
24.03.2012.
Ir a Fuensanta. Acercarse a Fuensanta de Martos. Por
su ubicación es un lugar al que hay que ir expresamente. Mis amigos,
fuensanteños, me hablan de su pueblo con gran entusiasmo y devoción. Sentimiento
de comunidad que nos identifica a los habitantes de pueblos pequeños. Con
ellos no constato la exactitud del nombre del pueblo. Ya sabemos que con fecha
de 7.09.1935 el pueblo pasa a independizarse de Martos. Adquiere dominio propio.
Aunque su historia persiste con un vínculo de dependencia de Martos. Por su
nombre. Por su posición geográfica.
Porque sí.
Fuensanta surge con nombre propio. Y su nombre se une
a sus recientes fábricas de tresillos. Nombre unido a sus abundantes granjas de
cerdos y a sus exquisitos productos, elaborados artesanalmente, con acierto, en
sus numerosas carnicerías. Lo comprobaremos.
Fuensanta se confunde con su Fuente de la Negra.
Ubicada en un lugar central esta fuente nos permite conocer el pulso cotidiano
de la vida del pueblo. Símbolo de un proyecto común, votado popularmente, para
decidir el diseño de la obra. Fuente de abundante manantial. Acompañada de
gruta y de la imagen de la Virgen de la Negra.
Con esto Fuensanta nos adentra en el significado y tradición de las
vírgenes negras. Vírgenes que proceden de deidades pre-cristianas. Son deidades
de la fertilidad. Son diosas – tierra, diosas – madre. Estas vírgenes, a parte
de su color, están asociadas a significados de muerte, a las catacumbas. En muchas ocasiones estas
vírgenes están ubicadas en criptas o en grutas. Pensamos que este es el caso de
Fuensanta.
Fuensanta se concreta en un paisaje variado. Su
entorno de sierras calizas se preña de agua que alimenta varias fuentes. El Cerro Gordo. El Despeñaero, vecinos,
testigos del quehacer cotidiano. Expresión de un proceso, lento, de erosión de
la fuerza del agua. El Arroyo de la Umbría. También conocido como arroyo de
Fuensanta. Cofre de variados secretos.
Difícil en su acceso, en las proximidades del pueblo.
Recorrido el paseo nos encontramos con la Fuente de los hornos. Seca. Umbría al
abrigo del Despeñaero. El camino de las Monjas nos acoge. El cortijo en su
ruina nos informa de la riqueza de su anterior dominio. Ascendemos. Casi sin
querer nos adentramos en un mundo mágico. La expansión de los sentidos. Un
salpiqueo de pequeñas construcciones nos acompañan durante todo el trayecto. La
presencia humana, expresada en las delimitaciones de propiedades con telas
metálicas, se adentra en el río. La vegetación de ribera se adueña del cauce.
Pequeñas huertas aprovechan la abundante agua y los terrenos ganados a la
rivera. La sierra, cargada de especies autóctonas, en el margen izquierdo se
nos ofrece como telón de fondo en nuestro ascenso. La primavera nos invade. La
tarde se ha cargado de aves cantoras que gozosas se animan a despedir el día.
El goce de la vida irrumpe en las yemas,
a reventar, de una masa de cerezos. Los quejigos, acompañantes
silenciosos, nos hablan desde su altitud. Los múltiples colores se confunden en
los árboles frutales de la rivera. Ascendemos. Hitos pétreos nos informan de
viejos caminos. Restos de la tumba del “esclavo liberto” nos hablan de antiguos
pobladores.
Henchidos de primavera, alucinados por el ascenso tan
llevadero nos dirigimos al punto geodésico. Momentos de descubrimiento de la
antigua perforación de petróleo. Instantes para disfrutar de profundos valles.
Los Villares, Fuensanta, Martos. Estamos compartiendo el Cerro del Viento.
Gocemos.
Ciriaco Castro Toro. Psicólogo municipal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario